Francisco llamo a transexual por telefono y la invito al Vaticano
publicado en el sitio hoy.es
Poco antes de las dos y media de la tarde, el día de la Inmaculada, mientras cuidaba a su padre enfermo entonces en su casa, recibe una llamada. «Era de un número oculto. La verdad es que no sé muy bien por qué descolgué el teléfono, porque esas llamadas nunca las contesto», recuerda. Esta vez el azar o lo que fuera hizo que Diego Neria respondiera. «"Soy el Papa Francisco"», escuchó. Y el cuerpo le dejó de responder. No sabía qué estaba pasando hasta que Francisco le dijo que había leído su carta y le había llegado al alma. La emoción apenas le permitió abrir la boca, pero Francisco le pidió que se calmara y le dijo que quería verle, y que le llamaría más adelante para fijar la fecha del encuentro
Ocurrió pocos días después. El 20 de diciembre, mientras paseaba por Sevilla, ciudad en la que reside su "prometida". Francisco volvió a telefonear a Diego. Y le propuso, si les venía bien a "él" y a su mujer, la fecha del 24 de enero, a las cinco de la tarde, en El Vaticano para verse.
LEER
imagen/infovaticana
Poco antes de las dos y media de la tarde, el día de la Inmaculada, mientras cuidaba a su padre enfermo entonces en su casa, recibe una llamada. «Era de un número oculto. La verdad es que no sé muy bien por qué descolgué el teléfono, porque esas llamadas nunca las contesto», recuerda. Esta vez el azar o lo que fuera hizo que Diego Neria respondiera. «"Soy el Papa Francisco"», escuchó. Y el cuerpo le dejó de responder. No sabía qué estaba pasando hasta que Francisco le dijo que había leído su carta y le había llegado al alma. La emoción apenas le permitió abrir la boca, pero Francisco le pidió que se calmara y le dijo que quería verle, y que le llamaría más adelante para fijar la fecha del encuentro
Ocurrió pocos días después. El 20 de diciembre, mientras paseaba por Sevilla, ciudad en la que reside su "prometida". Francisco volvió a telefonear a Diego. Y le propuso, si les venía bien a "él" y a su mujer, la fecha del 24 de enero, a las cinco de la tarde, en El Vaticano para verse.
LEER
imagen/infovaticana