Hay estudios que dicen que tener muchos hijos retrasa el envejecimiento. Y hay muchos privilegiados en la Iglesia Católica que han manipulado las leyes y el poder, para establecer un sistema para tener muchos hijos ellos, sin considerar las consecuencias que ello acarreó en otros que se les cerró la vida, condenados al envejecimiento y a las familias pequeñas. Los de muchos hijos copiaron la estrategia de los que no tienen muchos, y se quedaron con todo, usando a todos a su favor y haciendo grupos poderosos y herméticos, a través de los cuáles controlan todo. Hasta les pusieron palos en la rueda a los de pocos hijos, tratándolos de tercos, perjudicándolos (y hasta terminaron por argucias con la culpa) y dando envidia a todo el mundo. Tener muchos hijos da poder. Y ahí radicó por muchos años el error de la Iglesia Católica. Jesús es la fuente de vida, pero esa vida se aplica en humanos. De nada sirve una fuente de vida disponible fuera de su aplicación en los cuerpos humanos. Y hay humanos que tienen el poder de manipular esta fuente a su antojo, y no son las mejores personas. Pero como el eliminar vidas es pecado, entonces, los que tuvieron muchos hijos, salen beneficiados, hasta por la idea de que una vida es una bendición de Dios. Se la agarran contra los hijos únicos, y Jesucristo era un hijo único. Arrepentirse no implica cambiar las cosas.

La paternidad responsable no depende de la cantidad de hijos que tengan los padres sino de cumplir con las responsabilidades con sus hijos y proveerles lo necesario e indispensable. Decir "No ser como los conejos", lo crean o no, es ir contra el Evangelio, ya que Dios dice "reproduzcance", la diferencia es que Dios nos comparó a los padres de familia con animales y Bergoglio sí. Ademas, Bergoglio no hablaba de paternidad responsable, sino de ser "buen católico", lo irónico es que para ser buen católico no necesitas tener hijos. Vean el video en YouTube. Bergoglio en todo se contradice, y con unos cuantos "bla, bla, bla", los ignorantes caen y se "maravillan" antes sus palabras sin sentido.

Los católicos perecerán si no escuchan a Dios. Dios bendiga a aquellos que le obedecen. Que Dios los bendiga!

Se fue Isaac a Gerar a Abimelec, rey de los filisteos. Entonces el señor se le apareció y dijo: "no ir a Egipto, viven en el país, que te prometo que te quedas. Deja como un extranjero en este país. Quiero estar contigo y te bendiga. Porque tú y tu descendencia daré todos estos países y cumplir con el juramento que hice su padre Abraham. Hago numerosos como las estrellas en el cielo tus descendientes y darles a todos estos países. Con tu descendencia todas las Naciones de la tierra, bendiga porque Abraham en mi reputación, y porque ha puesto atención a mis órdenes, mandamientos, estatutos y directivas. " 1 Génesis: 26, 1-5

“El consejo de Francisco sobre el control de la natalidad ofende a los criadores de conejos
Representantes de la Asociación Alemana de Criadores de Conejos han afirmado que la comparación de los católicos con los conejos hecha por Francisco al referirse a la necesidad de controlar la natalidad ofende a esta comunidad profesional, recoge ‘The Independent’
Erwin Leowsky, presidente de la citada asociación, aseveró que era “inaceptable que la reproducción de las personas más pobres del mundo se comparara con la reproducción de conejos”El Papa elogia a las familias numerosas

DE PROPIA VOZ, IRREFUTABLE...

www.youtube.com/embed/D2UH_vHsMJ8

Aqui vemos la diferencia como habla un verdadero papa S. S. León XIII y uno que no lo es.

S. S. León XIII, de la carta Encíclica Arcanum Divinæ sanpientiæ sobre la familia.

La finalidad del Matrimonio.

En primer lugar, se asignó a la sociedad conyugal una finalidad más noble y más excelsa que antes, porque se determinó que era misión suya no sólo la propagación del género humano, sino también la de engendrar la prole de la Iglesia, conciudadanos de los santos y domésticos de Dios, esto es, la procreación y educación del pueblo para el culto y religión del verdadero Dios y de Cristo nuestro Salvador. En segundo lugar, quedaron definidos íntegramente los deberes de ambos cónyuges, establecidos perfectamente sus derechos.

statveritasblog.blogspot.com.ar/…/la-finalidad-de…

Vean llamar métodos de control natal a la planificación natural con lo cual se esta admitiendo que se esta utilizando como un método anticonceptivo lo cual viola directamente la finalidad del matrimonio al voluntariamente y premeditadamente usarla como método anticonceptivo para cerrar el sexo de los esposos a la vida. Esto esta prohibido por la Iglesia católica.
Fox news: Francis dijo el lunes que los católicos deben practicar la "paternidad responsable" y utilizar métodos de control natal aprobados por la Iglesia.

www.foxnews.com/…/german-breeders…

"El papa Pío XI habló desde la Cátedra de Pedro en su encíclica de 1931 Casti connubii acerca del matrimonio cristiano. Su enseñanza nos muestra que todas las formas que eviten la natalidad son malas. Citamos un largo fragmento de su encíclica que resume bien este asunto.
Papa Pío XI, Casti connubii, # 53-56, 31 de diciembre de 1930: “Viniendo ahora a tratar, Venerables Hermanos, de cada uno de los aspectos que se oponen a los bienes del matrimonio, hemos de hablar, en primer lugar, de la prole [los hijos, descendencia, etc.], la cual muchos se atreven a llamar pesada carga del matrimonio, por lo que los cónyuges han de evitarla con toda diligencia, y ello, no ciertamente por medio de una honesta continencia (permitida también en el matrimonio, supuesto el consentimiento de ambos esposos), sino viciando el acto conyugal. Criminal licencia ésta, que algunos se arrogan tan sólo porque, aborreciendo la prole, no pretenden sino satisfacer su voluptuosidad, pero sin ninguna carga; otros, en cambio, alegan como excusa propia el que no pueden, en modo alguno, admitir más hijos a causa de sus propias necesidades, de las de la madre o de las económicas de la familia.
“Ningún motivo, sin embargo, aun cuando sea gravísimo, puede hacer que lo que va intrínsecamente contra la naturaleza sea honesto y conforme a la misma naturaleza; y estando destinado el acto conyugal, por su misma naturaleza, a la generación de los hijos, los que en el ejercicio del mismo lo destituyen adrede de su naturaleza y virtud, obran contra la naturaleza y cometen una acción torpe e intrínsecamente deshonesta.
“Por lo cual no es de admirar que las mismas Sagradas Letras atestigüen con cuánto aborrecimiento la Divina Majestad ha perseguido este nefasto delito, castigándolo a veces con la pena de muerte, como recuerda San Agustín: ‘Porque ilícita e impúdicamente yace, aun con su legítima mujer, el que evita la concepción de la prole’. Que es lo que hizo Onán, hijo de Judas, por lo cual Dios le quitó la vida (Génesis 38, 8-10).
“Habiéndose, pues, algunos manifiestamente separado de la doctrina cristiana, enseñada desde el principio y transmitida en todo tiempo sin interrupción, y habiendo pretendido públicamente proclamar otra doctrina, la Iglesia Católica, a quien el mismo Dios ha confiado la enseñanza y defensa de la integridad y honestidad de costumbres, colocada, en medio de esta ruina moral, para conservar inmune de tan ignominiosa mancha la castidad de la unión nupcial, en señal de su divina legación, eleva solemne su voz por Nuestros labios y una vez más promulga que cualquier uso del matrimonio, en el que maliciosamente quede el acto destituido de su propia y natural virtud procreativa, va contra la ley de Dios y contra la ley natural, y los que tal cometen, se hacen culpables de un grave pecado”

pedrope
“En el momento de esta tribulación un hombre, elegido no canónicamente, se elevará al Pontificado, y con su astucia se esforzará por llevar a muchos al error y a la muerte...
Algunos predicadores mantendrán silencio sobre la verdad, y otros la hollarán bajo sus pies y la negarán. La santidad de vida se llevará a cabo en medio de burlas, proferidas incluso por aquellos que la profesarán hacia el exterior, pues en aquellos días Nuestro Señor Jesucristo no les enviará a éstos un verdadero Pastor, sino un destructor.”

(Obras del Seráfico Padre San Francisco de Asís, Washbourne, 1882, pp 248-250).