El Evangelio recuerda que el que escandalice a un pequeño, más le valiera atarse una piedra de molino al cuelo y se arroje al mar, unos políticos lo conocen pero se han olvidado y otros políticos jamás han leído los Evangelios, todos nos rigen de forma immoral y se atan al cuello la perdición y estropean a la niñez/juventud con toda inmoralidad. Después pasará lo que tiene que pasar ¿quien es el responsable?

Jesús dijo: "Id al ,mundo entero y proclamar el Evangelio" y eso fue lo que hicieron los misioneros españoles en América que, trataron muy bien a los nativos, aprendieron sus dialectos (con alfabeto y escritura) y combatieron las bárbaras costumbres de los indígenas que mataban a muchos de sus ciudadanos. Con las independencias nacionales, impuestas por los masones traidores y malos españoles, se impuso el español (sólo lo hablaban 3 millones de nativos) y comenzaron a desc ristianizarlos ¿quién tiene que pedir perdón? los de otras religiones, el marxismo, los masones, la nueva era?, no los de siempre.
Estan enseñanzas contra España las percibo de los hispanoamericanos que viven en la peninsuna y veo con estupor que ya se han perdido casi 50 millones de católicos, por la pésima catequesis.

El Crucifijo lo retiraron los concejales de un partido político de orientación

ateo-comunista llamado Podemos (que no debe extrañar) y el alcalde pertenece al PP (partido popular) lo que demuestra que aun queda algún católico

Aquí en España, en tiempos pasados, se bautizaba, por lo que dirían, a todo nacido, aunque ya de adultos no pisan la iglesia, es más, algunos la persiguen por todos los medios a su alcance.
Si los "hijos de lesbianas, etc", piden que se bauticen a sus retoños, se les puede aceptar si cumplen las normas elementales que establece la iglesia, pero esas normas, los padres no las cumplen por que las desconocen. Así es que, menudo problema, sr. Obispo, bautizar por bautizar, no, que pidan el sacramento cuando sean mayores

La doctrina de la Iglesia es muy clara sobre el cambio de sexo y SS. creo que debiera asesorarse de forma conveniente y no abrir esperanzas a los que, por asustos sicológicos quieren cambiar de sexo. Creo que hubo un caso de un varón cambió de sexo a hembra y, al no encontrarse bien, volvió a ser varón.
Habrá feligreses que se sientan muy dolidos con el obispado de Plasencia que pagan un billete de ida y vuelta a Roma a una mujer que decide hacerse varón, cuando hay otros gastos, tal vez, desatendidos y más necesarios. Sigamos creyendo en Jesús y las pruebas que nos da.