Mantenerse fiel

No es fácil caminar en este desierto; en este desierto de la vida. Hay y son muchos los obstáculos, las contradicciones y las tentaciones que sufrimos, que nos invitan a claudicar y a tirar la toalla. Como decía el Papa Francisco: “La tentación crece, contagia y se justifica.”

Jesús, al ser hombre como nosotros en todo, pasó también por el desierto de esta vida sufriendo todas sus contradicciones, sus pruebas y tentaciones (Heb 2,18). Estar en el desierto es el signo de una vida dura, difícil, constantemente probada, pero también de una vida siempre fiel, fiel hasta la cruz. (Apoc.1,5).

Jesús fue tentado y no sólo tres veces sino toda su vida, como nosotros, los hombres. A su alrededor hubo gente, (hasta familia y amigos) interesadas en apartarle de su camino (Mc.8,32-33). Fue muchas veces provocado para que utilizase el poder y no el servicio (Lc.9,51-55; Jn.6,15). Tuvo momentos muy difíciles (Mc.15,34).

Con Jesús ha llegado un estilo nuevo de ser y de vivir: de ser fiel hasta el final, de abrir los ojos y no caer en la tentación, de ser capaz de distinguir las falsas ofertas, las mentiras y engaños del mundo, de ser capaz de ser fiel a Dios y a sus principios por encima de todo y de todos. Es por ello que vemos que en este mundo de hoy la palabra fidelidad hasta suena chocante. No está de moda. Fácilmente nos dejamos llevar por el ambiente que nos rodea y nos anulamos ante los demás.

A un joven le es fácil caer en la droga; sólo basta que unos amigos le inviten a probarla. No es difícil caer en la corrupción; sólo basta que nos pongan donde hay o nos ofrezcan. No es difícil conservar el odio y el rencor dentro de nosotros mismos; sólo basta que alguien nos ponga la más mínima zancadilla. No es difícil convertirse en un dictador; sólo nos hace falta darnos cuenta de que tenemos, aunque sea, un poco de poder. No es difícil romper con el hogar; sólo hace falta que alguien se interponga en nuestro camino y nos seduzca. No es difícil ser un vago; sólo se necesita una silla y un televisor.

Lo fácil es caer, lo difícil es mantenerse en fidelidad. Por eso, nos dice Jesús: “Velen y oren para no caer en la tentación” (Mt.26,40-41).

Bendiciones

P. Óscar

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Susy Longoria
Píldoras de Fe
Señor mío, perdóname por los momentos en que he querido tirar la toalla, que no he valorado que soy hechura tuya, por los momentos en que digo que no puedo más. Perdóname, Señor, por los momentos en que no me he valorado. Hoy quiero sentir que limpias mi corazón, que me liberas sabiendo que Tú estás conmigo y que todo pecado es destruido en la cruz y que Tú me das vida en abundancia …Más
Píldoras de Fe
Señor mío, perdóname por los momentos en que he querido tirar la toalla, que no he valorado que soy hechura tuya, por los momentos en que digo que no puedo más. Perdóname, Señor, por los momentos en que no me he valorado. Hoy quiero sentir que limpias mi corazón, que me liberas sabiendo que Tú estás conmigo y que todo pecado es destruido en la cruz y que Tú me das vida en abundancia. Señor, sé que me perdonas, sé que me sanas, sé que me liberas y desatas las cadenas que hacen prisionero de mis faltas. Aquí estoy necesitado de tu amor, de tu paz, de tu gozo, lléname de tu poder.