Gottlob
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Entrevista a Mons. Schneider: El Sagrario es más que la Zarza ardiendo

Mons Schneider nació en el seno de una familia originaria de Alsacia, cuyos antepasados, que vivían en Odessa, fueron deportados por Stalin a las montañas de Los Urales. Sus padres vivían en Kisghistan, donde nació él; más tarde pudieron emigrar a la Alemania del Oeste. Ingresó en la orden de los Canónigos Regulares de la Santa Cruz, en Austria; más tarde fue ordenado sacerdote por Mons. Manoel Pestana, obispo brasileño, defensor de la fe católica tradicional. Doctor en Teología, profesor en el seminario de Kazakhstan, fue nombrado obispo auxiliar en el 2006, por Benedicto XVI. Nos explica en directo las razones de su lucha a favor del restablecimiento de la comunión en la lengua, como signo de respeto, necesario, según su opinión, para la renovación de la Iglesia.

Señor Obispo, a menudo, para justificar la comunión en la mano, se arguye con el “retorno a los orígenes”. ¿Este argumento tiene fundamento?

-Este argumento es un mito, o quizá un engaño intencional, porque la realidad es bastante diferente. En realidad, el rito de la comunión en la mano, practicado actualmente, nos ha llegado de las comunidades calvinistas, y no tiene nada que ver con el uso de los primeros siglos. Los documentos literarios e iconográficos nos revelan que, durante los primeros siglos, en algunos lugares, la santa comunión se depositaba en la palma de la mano derecha, y no en la mano izquierda, como se hace hoy. A continuación, los fieles inclinaban profundamente la cabeza hasta la palma de su mano, y cogían la santa Hostia directamente con sus labios; después, posiblemente, con la lengua, recogían las partículas que hubiesen podido quedar en la palma. Los hombres se lavaban las manos antes de la comunión.

La palma de las mujeres debía ser recubierta con un lienzo blanco y este lienzo era purificado después de la comunión. Hay, además, otra diferencia de peso, y es que a partir del siglo IV, tanto en Oriente como en Occidente, los fieles comulgaban generalmente una o dos veces al año. Una especie de ley psicológica hacía que se viviese una acción poco común y sagrada con mucho más cuidado y atención que las acciones frecuentes o cotidianas. Si se realiza, por tanto, a menudo una acción sagrada, los gestos deben ser tanto más cuidadosos y reverenciales, para evitar la rutina.

Por último, queda este importante aspecto teológico, que señala: la liturgia sabe por naturaleza que una creencia orgánica tiende a hacerse más profunda y a una mayor perfección, paralelamente al crecimiento de la Fe. El retorno, sin más, a las expresiones de la liturgia o de la Fe en su estado embrionario, es un error teológico; por otro lado, es una pretensión típica de los herejes. En su clásica Encíclica sobre la liturgia, la Mediator Dei, el Papa Pio XII ha condenado tal postura, denominándola “arqueologismo litúrgico”.

Usted enseña que en los tiempos de persecución es cuando la conciencia del respeto debido al Santo Sacramento se extrema. ¿La ausencia de persecución en nuestro mundo occidental explica, por sí sola, una cierta falta de respeto?

-La ausencia de persecución no explica por sí misma la falta de respeto. Antes del concilio Vaticano II, hubo en Europa un largo periodo sin persecución alguna; sin embargo, el respeto a Tan Santo Sacramento era muy profundo y era muy común. En mi opinión, la causa mediata está en la reforma litúrgica en general, que ha reducido los gestos y las palabras tan claras respecto a la sacralidad a un mínimum, y en particular en el modo de la liturgia de la Misa, que se ha vuelto impreciso, dejando paso a la creatividad o a la subjetividad del celebrante y de los demás participantes. La causa inmediata de la falta de respeto es, sin ninguna duda, el mismo rito moderno de la comunión en la mano; un rito que desde el punto de vista objetivo y fenomenológico es bastante banal y de carácter profano, inventado por los calvinistas para los que la Eucaristía es un puro símbolo.

Como causa general de la falta de respeto se puede señalar también una catequesis y una predicación doctrinalmente muy defectuosa, e incluso a veces puramente protestante. Es preciso efectuar los gestos litúrgicos acordes con lo que se cree; si no, tarde o temprano, se acaba por creer según los gestos que se han realizado

Desde un punto de vista catequético, cómo se podría formar mejor a los niños en el respeto debido al Santo Sacramento?

-Es preciso transmitir una doctrina sencilla y muy clara, con ejemplos emotivos de la vida de los santos o de la de niños que aman la Eucaristía. Muy útiles serían también las historias sobre los milagros eucarísticos, o sobre las conversiones gracias a los efectos del misterio eucarístico.

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Gottlob
Estas palabras de Mons. Schneider son publicadas después de que tuvimos la desgracia de ver cómo se trataba a la Eucaristía en la multitudinaria Misa con el Papa en Manila.
Vease al respecto el siguiente comentario: Sacrilegio en Manil.
En Gloria.TV News on the 19th of January 2015 puede verse una pequeña muestra de esto.
🤬Más
Estas palabras de Mons. Schneider son publicadas después de que tuvimos la desgracia de ver cómo se trataba a la Eucaristía en la multitudinaria Misa con el Papa en Manila.

Vease al respecto el siguiente comentario: Sacrilegio en Manil.

En Gloria.TV News on the 19th of January 2015 puede verse una pequeña muestra de esto.
🤬
adeste fideles
👍 GLORIA A DIOS ! UN SACERDOTE FIEL !
DEMOS GRACIAS A DIOS.