HP Y GC
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Mira, mi querida hermana, mira cuánto has ganado. Atiende y considera qué altura tan sublime has logrado hasta haber encontrado la merced de tantos beneficios en el único y solo Cristo. Él es verdadero …Más
Mira, mi querida hermana, mira cuánto has ganado. Atiende y considera qué altura tan sublime has logrado hasta haber encontrado la merced de tantos beneficios en el único y solo Cristo. Él es verdadero esposo, es un hermano, es un amigo; es tu herencia, es tu premio; es tu Dios y Señor. En Él tienes al esposo a quien debes amar: El más hermoso por su figura entre los humanos. Es verdadero hermano, a quien siempre has de poseer, pues tú eres hija por adopción de quien Él es hijo por naturaleza. Es amigo de quien no puedes desconfiar, pues Él dice: Una sola es mi amada. En Él tienes la herencia que anhelas, pues Él es tu lote patrimonial. Tienes en Él el precio que debes aceptar, porque su sangre es tu redención. Tienes, en fin, en Él a Dios, a quien debes rogar; al Señor, a quien has de temer y venerar. La virginidad reclama para sí en Cristo toda esta prerrogativa; ante quien tiemblan los ángeles, a quien sirven las potestades, a quien obedecen las virtudes, ante quien doblan la rodilla el cielo y la tierra, a éste reclama la virgen como a su esposo, a la cámara nupcial de éste se dirige ataviada de virtudes, a este tálamo prodiga el calor de su casto corazón. Y ¿qué más pudo procurarle Cristo a quien se entregó Él como esposo, y a quien retribuyó, a título de dote y regalo, con su propia sangre? SAN LEANDRO DE SEVILLA A SU HERMANA