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La "teología de la liberación" No Contaba con Ratzinger. 1984. Cardenal J.Ratzinger,Prefecto de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe. Sobre la " Teología de la liberación "... " La …Más
La "teología de la liberación" No Contaba con Ratzinger.

1984. Cardenal J.Ratzinger,Prefecto de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe.
Sobre la " Teología de la liberación "...
" La Iglesia debe defender la causa del pobre, pero para ello,
NO ES NECESARIO NINGÚN APOYO EN LA FILOSOFÍA MARXISTA "
Knights4Christ
✍️ La última prueba de la Iglesia
675
Antes del advenimiento de Cristo, la Iglesia deberá pasar por una prueba final que sacudirá la fe de numerosos creyentes ......
Esta es la impostura religiosa que nos advierte el catecismo que proporcionará a los hombres una solución aparente a sus problemas mediante el precio de la apostasía de la verdad .... "de esta especie de falseada redención de …Más
✍️ La última prueba de la Iglesia
675
Antes del advenimiento de Cristo, la Iglesia deberá pasar por una prueba final que sacudirá la fe de numerosos creyentes ......

Esta es la impostura religiosa que nos advierte el catecismo que proporcionará a los hombres una solución aparente a sus problemas mediante el precio de la apostasía de la verdad .... "de esta especie de falseada redención de los más humildes".

Así se va a vender la impostura utilizando al Pobre de comodín todo tiene un color político entonces las ideas políticas imperan sobre los principios de la religión. Esta es una herencia del Papa Benedicto XVI hay que tomar tiempo para estudiarla y aprender que nos queria advertir el Papa Benedicto con este documento
mercaba.org/…/informe_sobre_l….
✍️ Cardenal Joseph Ratzinger:« Esta teología no pretende constituir un nuevo tratado teológico junto a los ya existentes, como, por ejemplo, elaborar nuevos aspectos de la ética social de la Iglesia. Se presenta, más bien, como una nueva hermenéutica de la fe cristiana, es decir, como una nueva forma de comprensión y de realización del cristianismo en su totalidad. Por eso cambia todas las formas de la vida eclesial: la constitución eclesiástica, la liturgia, la catequesis y las opciones morales».
Knights4Christ
👍 «Ciertamente, con tal de que la respuesta sea verdaderamente cristiana. La necesidad de salvación, tan difundida actualmente, expresa la percepción auténtica, aunque oscura, de la dignidad del hombre, creado "a imagen y semejanza de Dios", como dice el primer libro de la Escritura. Pero el peligro de algunas teologías está en que se dejan sugestionar por el punto de vista inmanentista, meramente …Más
👍 «Ciertamente, con tal de que la respuesta sea verdaderamente cristiana. La necesidad de salvación, tan difundida actualmente, expresa la percepción auténtica, aunque oscura, de la dignidad del hombre, creado "a imagen y semejanza de Dios", como dice el primer libro de la Escritura. Pero el peligro de algunas teologías está en que se dejan sugestionar por el punto de vista inmanentista, meramente terrenal, de los programas de liberación secularizados. Estos no ven, ni pueden verlo, que desde un punto de vista cristiano la "liberación" es ante todo y principalmente liberación de la esclavitud radical de la que el "mundo" no se percata, que incluso niega: la esclavitud radical del pecado».Cardenal Joseph Ratzinger 👏
Yugo
👍 👍
yuca2111
Lamentable que Benedicto no sea el que este al frente, mas bien esta en su prision auto impuesta, las herejias se amontonan y en vez de hablar mas bien callan los sacerdotes, callar es lo mismo que ser parte del problema, ojala y recapaciten a tiempo.
Knights4Christ
✍️ Sobre una Cierta "LIBERACIÓN" por el Teólogo Cardenal Joseph Ratzinger
La necesidad de redención.
«Liberación —dice el cardenal— parece ser el programa, la enseña de todas las culturas actuales, en todos los continentes. De acuerdo con estas culturas, la voluntad de buscar una "liberación" pasa a través del movimiento teológico de los diversos ámbitos culturales del mundo».
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«Esto ha …Más
✍️ Sobre una Cierta "LIBERACIÓN" por el Teólogo Cardenal Joseph Ratzinger

La necesidad de redención.

«Liberación —dice el cardenal— parece ser el programa, la enseña de todas las culturas actuales, en todos los continentes. De acuerdo con estas culturas, la voluntad de buscar una "liberación" pasa a través del movimiento teológico de los diversos ámbitos culturales del mundo».
...
«Esto ha sucedido y sucede —me contesta— porque la teología trata de responder de esta manera al problema más dramático del mundo actual: el hombre —a pesar de todos los esfuerzos— no está redimido, no es ciertamente libre, sufre una creciente alienación. Y esto sucede en todas las formas de sociedad actuales. La experiencia fundamental de nuestra época es precisamente la de la "alienación", y ésta equivale a lo que la expresión cristiana tradicional denomina falta de redención. Es la experiencia de una humanidad que se ha separado de Dios, y de esta manera no ha encontrado la libertad, sino sólo la esclavitud».
De nuevo, duras palabras, observo.
«Y, sin embargo, así tiene que expresarse —me dice— una visión realista que no vuelva la cabeza ante la situación. Y los cristianos están llamados al realismo. Estar atentos a los signos de los tiempos significa esto: tener el valor de mirar la realidad cara a cara, en lo que tiene de positivo y en lo que tiene de negativo. Ahora bien: precisamente en esta línea de objetividad, vemos que hay un elemento común en los programas secularizados de liberación: pretenden buscar la liberación solamente en la inmanencia, en la historia, en esta orilla, cuando es precisamente esta visión encerrada en la historia, sin miras a la trascendencia, la que ha conducido al hombre a su situación actual».

De todas maneras —le digo—, esta exigencia de liberación es un desafío que hay que aceptar. ¿Acaso no ha hecho bien la teología al recogerlo para darle una respuesta cristiana?
«Ciertamente, con tal de que la respuesta sea verdaderamente cristiana. La necesidad de salvación, tan difundida actualmente, expresa la percepción auténtica, aunque oscura, de la dignidad del hombre, creado "a imagen y semejanza de Dios", como dice el primer libro de la Escritura. Pero el peligro de algunas teologías está en que se dejan sugestionar por el punto de vista inmanentista, meramente terrenal, de los programas de liberación secularizados. Estos no ven, ni pueden verlo, que desde un punto de vista cristiano la "liberación" es ante todo y principalmente liberación de la esclavitud radical de la que el "mundo" no se percata, que incluso niega: la esclavitud radical del pecado».
OBSERVACIONES PRELIMINARES
1) La teología de la liberación es un fenómeno extraordinariamente complejo: abarca desde las posiciones más radicalmente marxistas hasta aquellas otras que plantean el lugar apropiado de la necesaria responsabilidad del cristiano respecto a los pobres y a los oprimidos en el contexto de una correcta teología eclesial, como han hecho los documentos del CELAM (la Conferencia Episcopal Latinoamericana) desde Medellín hasta Puebla. En este texto vamos a utilizar el concepto de "teología de la liberación" en una acepción más restringida: una acepción que, comprende solamente a aquellos teólogos que de alguna manera han hecho propia la opción fundamental marxista. Incluso en este campo restringido existen todavía muchas diferencias de unos a otros, en las que resulta imposible adentrarse en esta reflexión general. En este contexto sólo puedo intentar poner en claro algunas líneas fundamentales que, sin desconocer sus diversos orígenes, se han difundido ampliamente y ejercen una cierta influencia aun donde no se ha producido una teología de la liberación en sentido estricto.
2) En el análisis del fenómeno de la teología de la liberación se pone de manifiesto un peligro fundamental para la fe de la Iglesia. Indudablemente no surge un error sino alrededor de un núcleo de verdad. De hecho, un error resulta tanto más peligroso cuanto mayor sea la proporción del núcleo de verdad que contiene. Hay que añadir que el error no podría apropiarse de aquella parte de la verdad si esta verdad fuera suficientemente vivida y testimoniada en su verdadero lugar, es decir, en la fe de la Iglesia. Por esto,además de poner en evidencia el error y el peligro que entraña la teología de la liberación, hay que plantearse esta pregunta: ¿Qué verdad se esconde bajo este error y cómo recuperarla plenamente?
3) La teología de la liberación es un fenómeno universal desde tres puntos de vista:
a) Esta teología no pretende constituir un nuevo tratado teológico junto a los ya existentes, como, por ejemplo, elaborar nuevos aspectos de la ética social de la Iglesia. Se presenta, más bien, como una nueva hermenéutica de la fe cristiana, es decir, como una nueva forma de comprensión y de realización del cristianismo en su totalidad. Por eso cambia todas las formas de la vida eclesial: la constitución eclesiástica, la liturgia, la catequesis y las opciones morales.
b) La teología de la liberación tiene ciertamente su centro de gravedad en América Latina, pero no es, desde luego, un fenómeno exclusivamente iberoamericano. No es concebible sin la influencia determinante de teólogos europeos e incluso norteamericanos. Pero se da también en la India, en Sri Lanka, en las Filipinas, en Taiwan y en África, aunque en esta última predomina la búsqueda de una "teología africana". Las reuniones de los teólogos del Tercer Mundo se caracterizan muy marcadamente por la atención prestada a los temas de la teología de la liberación. .
c) La teología de la liberación supera los límites confesionales: trata de crear, desde sus mismas premisas, una nueva universalidad en la que las separaciones clásicas entre las Iglesias deben perder su importancia.

I. Concepto y origen de la teología de la liberación
De momento, estas observaciones preliminares nos han introducido ya en el núcleo del tema. Pero ha quedado abierta la cuestión principal:¿qué es propiamente la teología de la liberación? En un primer intento de respuesta, podríamos decir: la teología de la liberación pretende dar una nueva interpretación global del cristianismo; explica el cristianismo como una praxis de liberación y pretende presentarse como una guía en esta praxis.Ahora bien: puesto que,según esta teología, toda realidad es política, resulta que la liberación es también un concepto político, y la guía para la liberación debe ser una guía para la acción política.
«Nada queda fuera de la tarea política. Todo existe con un determinado color político»
, escribe textualmente uno de sus principales representantes sudamericanos. Una teología que no sea práctica, que no sea esencialmente política, es considerada"idealista" y condenada como irreal o como medio de conservación de los opresores en el poder.
A un teólogo que haya aprendido su teología en la tradición clásica, y que haya aceptado su vocación espiritual, le resulta difícil imaginar que se pueda vaciar seriamente la realidad global del cristianismo en un esquema de praxis socio-política de liberación. Esto, sin embargo, es posible porque muchos teólogos de la liberación siguen usando gran parte del lenguaje ascético y dogmático de la Iglesia, pero en clave nueva; de tal manera que, quien la lee o la escucha partiendo de otro fundamento distinto, puede tener la impresión de encontrar el patrimonio tradicional; ciertamente con elañadido de algunas afirmaciones un poco "extrañas", pero que, unidas a tanta religiosidad, no podrían ser peligrosas.
Precisamente la radicalidad de la teología de la liberación lleva a que con frecuencia se infravalore su gravedad, porque no encaja en ninguno de los esquemas de herejía conocidos hasta ahora. Su planteamiento de partida queda fuera de los tradicionales esquemas de discusión.
Por este motivo quiero intentar acercarme a la orientación fundamental de la teología de la liberación en dos etapas: primeramente diré algo sobre los presupuestos que la han hecho posible; luego quisiera investigar algunos de los conceptos básicos que permiten conocer algo de la estructura de la teología de la liberación.

¿Cómo se ha llegado a esta orientación totalmente nueva del pensamiento teológico expresada en la teología de la liberación? Veo principalmente tres factores que la han hecho posible:
1) Después del Concilio se produjo una situación teológica nueva:
a) se formó la opinión de que la tradición teológica existente hasta entonces no resultaba ya aceptable y que, por tanto, era necesario buscar, a partir de la Escritura y de los signos de los tiempos, Orientaciones teológicas y espirituales totalmente nuevas;
b) la idea de apertura al mundo y de comprometerse con el mundo se transformó frecuentemente en una fe ingenua en las ciencias; una fe que acogió las ciencias humanas como un evangelio y sin querer reconocer sus limitaciones y sus propios problemas. La psicología, la sociología y la interpretación marxista de la historia fueron consideradas como científicamente garantizadas, y, por tanto, como instancias indiscutibles del pensamiento cristiano;
c) la crítica de la tradición por parte de la exégesis evangélica moderna, especialmente de Rudolf Bultmann y de su escuela, se convirtió en una instancia teológica inconmovible, que obstruyó el camino a las formas hasta entonces válidas de la teología, alentando de este modo otras nuevas construcciones.
2) Esta modificación de la situación teológica coincidió con otra modificación de la historia espiritual. Al final de la fase de reconstrucción tras la II Guerra Mundial, fase que coincidió aproximadamente con la terminación del Concilio, se dejó sentir en el mundo occidental una sensible falta de sentido en la vida a la que la filosofía existencialista, entonces en boga, no era capaz de dar ninguna respuesta. En esta situación, las diversas formas del neomarxismo se transformaron en un impulso moral y, al mismo tiempo, en una promesa de cargar de sentido la propia vida, que seducía irresistiblemente a la juventud universitaria. El marxismo, con los acentos religiosos de Bloch y las filosofías provistas de rigor "científico" de Adorno, Horkheimer, Habermas y Marcuse, ofreció modelos de acción con los que se creyó poder responder al desafío de la miseria en el mundo y, a la vez, poder actualizar el sentido correcto del mensaje bíblico.
3) El desafío moral de la pobreza y de la opresión no podía ya ser ignorado en el momento en que Europa y América del Norte habían alcanzado una opulencia hasta entonces desconocida. Este desafío exigía evidentemente nuevas respuestas que no podían encontrarse en la tradición existente hasta el momento. La situación teológica y filosófica cambiante invitaba expresamente a buscar la respuesta en un cristianismo que se dejara guiar por los modelos de esperanza de las filosofías marxistas fundados, en apariencia, "científicamente".
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Como ya dijimos, se leyó la exégesis de Bultmann y de su escuela como el pronunciamiento de la "ciencia" sobre Jesús, ciencia que obviamente tenía que ser aceptada como válida. Pero hay un abismo entre el "Jesús histórico" de Bultmann y el Cristo de la fe .(Bultmann habla de Graben, foso). Según Bultmann, Jesús constituye la base del Nuevo Testamento, pero permanece encerrado en el mundo judaico.
Como resultado final de esta exégesis se llegaba a un cuestionamiento de la verdad histórica de los evangelios: el Cristo de la tradición eclesial y el Jesús histórico, presentado por la ciencia, pertenecen a dos mundos diferentes. La figura de Jesús fue arrancada de sus raíces en la tradición por obra de la "ciencia", que oficiaba de instancia suprema; de esta manera, por una parte, la tradición quedaba flotando en el vacío como algo irreal, y por otra, había que buscar para la figura de Jesús una nueva interpretación y un nuevo significado.

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En todo caso, esta instancia histórica ve en el Magisterio, que insiste en verdades permanentes, una instancia enemiga del progreso, dado que piensa "metafísicamente" y contradice así a la "historia". Puede decirse que el concepto de historia absorbe el concepto de Dios y de revelación. La "historicidad" de la Biblia debe justificar su papel absolutamente predominante y, por tanto, legitimar al mismo tiempo el paso a la filosofía materialista-marxista, en la cual la historia ha asumido el papel de Dios.

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